Masaje Erótico: Aprende los buenos gestos
“Cuando tocas un cuerpo, tocas toda la persona, el intelecto, el espíritu y las emociones.” – Jane Harrington
Disponemos de 1800 cm² de piel que abunda en nervios receptivos. Deberíamos aprender a jugar más a menudo con el poder del tacto, explorar la geografía sexual del otro. Las yemas de los dedos y los labios deberían convertirse en mensajeros de sensualidad y suavidad. Los nervios receptivos, verdaderas cápsulas de voluptuosidad, pueden dar lugar a innumerables sensaciones. Sólo hay que saber cuándo, cómo y cuánto provocar la piel con caricias fugaces.
Cada vez que me preguntan por el secreto de un buen masaje erótico, siempre digo esto: hay que estar presente. Para exprimirlo al máximo, hay que abandonarse al acto de realizar el masaje. De esta manera, recuperarás el primitivismo de las sensaciones, la espontaneidad de los gestos y tu propia creatividad en la materia.
Si quieres sorprender a tu novia o esposa cuando llegue a casa cansada del trabajo, puedes elegir entre estos dos tipos de masajes, tailandés y oriental, que te describiré en los siguientes párrafos. Todo lo que necesitas es paciencia y amor. Apuesto a que todo terminará con un final feliz para ti también.
1) Masaje erótico tailandés: un flujo de relajación
Este masaje extremadamente sensual la libera de tensiones y le permite sentir su cuerpo a un nivel más profundo. Una condición sine qua non antes de comenzar: este masaje debe seguir un protocolo bastante preciso.
Comienza masajeando las bóvedas de sus pies, para liberar los circuitos energéticos. Luego, masajea todo su cuerpo con la ayuda de un aceite de masaje tibio. Utiliza movimientos suaves y tiernos, apenas acariciando su piel, apenas empujando con las palmas contra su piel. Sus pantorrillas, sus rodillas, sus muslos, sube hasta arriba. Utilizando un ritmo regular y fluido, ninguna presión debe romper el vaivén de los movimientos impresos. Abdomen, brazos, manos, casa su contorno con el tuyo, para dispersar la energía por todo su cuerpo (¡y el tuyo, por cierto!).
No te olvides de su trasero, merece una atención especial, ya que rara vez se lo masajea como se debe, siendo las palmadas el único método de “toque” del que disfruta. El efecto está totalmente garantizado. Una ola de relajación la envolverá voluptuosamente.
2) Masaje erótico oriental: un flujo de belleza
En los países orientales y en la tradición de sus magníficos balnearios, la mujer cultiva su belleza lejos de miradas indiscretas. Los rituales del hammam son exquisitos y extremadamente relajantes. Si realmente quieres conectar con ella a todos los niveles, ofrécele un masaje oriental que alimente tanto su belleza interior como su impulso sexual.
Comienza con un poco de sudor, para limpiar tanto el cuerpo como el alma. Enciende la calefacción en el baño; Echa agua caliente en la bañera, unas gotas de aceite de eucalipto (tiene efectos purificadores) y de aceite de almendras (nutre la piel) y déjala que se remoje. Acaricia su rostro con la ayuda de una mascarilla de miel y leche. Después del baño, masajéala con aceite de agua de rosas con movimientos lentos, metódicos y precisos.
Pequeños trucos extra
Elige una habitación tranquila. No debe hacer ni demasiado calor ni demasiado frío. Crea un ambiente relajante con luces tenues, velas, música New Age e incienso.
Evita masajearla en una cama demasiado blanda, ya que tenderá a perderse entre las almohadas. Opta por una alfombra de gimnasio o directamente sobre el colchón.
No la masajees en seco. Utiliza una loción, un aceite o una crema en cada sesión. La duración ideal de una sesión de masaje es de diez minutos para cada parte del cuerpo.
¿Por qué es tan bueno?
Cuando recibimos un masaje, más bien erótico, nuestra hipófisis se pone en marcha y segrega dos tipos de hormonas: las endorfinas, que tienen las mismas virtudes que la morfina y pueden enviarnos al séptimo cielo, y las oxitocinas, que ralentizan nuestro ritmo cardíaco y nos hacen más zen. Además, relaja los músculos, así que ¿por qué no probarlo?
Que tengáis un fin de semana maravillosamente sexy,
Victoria Moreti
