Zonas erógenas sin explotar
¿Quién dice que el masaje erótico tiene que limitarse a la espalda? ¿O solo tocar y amasar? Hay muchas zonas erógenas que son perfectas para un masaje sensual y sexy. Hay una gran variedad de partes del cuerpo en las que tanto las mujeres como los hombres se excitan y no es necesario utilizar únicamente las manos. ¿Alguna vez te preguntaste cuáles son esos puntos? Pues hoy es tu día de suerte.
En primer lugar, asegúrate de que tus uñas estén limpias y no dentadas. Nada arruinará un masaje más rápido que una uña pareja. Calienta un poco de aceite de masaje comestible para que no solo puedas frotar y tocar, sino también lamer. Una vez que hayas desnudado a tu pareja por completo, estarás listo para comenzar. Estas son algunas de las principales zonas erógenas para un masaje erótico.
- Detrás de las rodillas
¿Detrás de las rodillas? Sí, de verdad. Suena inusual, pero este punto que casi nunca se toca es un foco de sensibilidad precisamente porque siempre se ignora. Roza suavemente las rodillas de tu pareja con tus dedos para que sientan un ligero cosquilleo. Continúa lamiendo o mordisqueando suavemente la parte posterior de las rodillas para excitar de verdad a tu pareja y hacerla excitar. Después de todo, ¡hay un montón de nervios que excitar en esta zona! Solo ten cuidado; la piel es más fina aquí y no está acostumbrada al tacto, así que no muerdas ni mordisquees demasiado fuerte.
- El trasero
Esto es casi una obviedad, pero vale la pena decir que a la mayoría de las personas les encanta un poco de acción anal. Jugar con el trasero de tu amante puede implicar azotes, apretones, lamidos y amasamientos. Como la piel es más gruesa, puedes ser un poco más brusco aquí, abofeteando y aplicando más presión que en otras partes del cuerpo.
- El cuello y las orejas
Poner tu mano en la parte posterior del cuello de tu pareja puede ser suficiente para excitarla. Si su cabello es largo, levántalo y pon tu boca en su cuello. Mientras estés cerca, lame y sopla sus orejas hasta que gima pidiendo más. Usa tus dedos para recorrer su columna vertebral y volver a subir. Luego, ahueca tus manos y aprieta la nuca de modo que las puntas de tus dedos toquen las orejas. Y, por supuesto, asegúrate de frotarle los nudos del cuello para aliviar la tensión y permitirle relajarse para una noche de amor.
- Pies
Incluso si no tienes un fetiche por los pies, puedes disfrutar dando o recibiendo un masaje sensual en los pies. ¡Siempre que los pies estén limpios, por supuesto! Después de un largo día, no puede haber nada más relajante que que te froten los pies. Tanto las mujeres como los hombres disfrutan de un masaje de pies o que les chupen los dedos. Los pies también son propensos a las cosquillas, así que tenlo en cuenta cuando estés acariciando sus deditos. A la gente le encanta o le desagrada que le hagan cosquillas, así que si tienes a alguien que los odia, no sigas haciéndoles cosquillas.
- Pechos/pecho
Todos sabemos que los pechos de las mujeres son muy sensibles, pero ¿sabías que a los hombres también les gusta que les den un pequeño pellizco en los pezones? Comienza haciendo círculos lentamente y con suavidad a lo largo de los bordes exteriores de los pezones. Lámelos y sóplalos para crear una sensación de calor y frío que se va de un lado a otro. Los pezones son zonas erógenas importantes en ambos sexos. Cuando se trata de mujeres, no hay nada como chupar sus pechos para ponerle los faros delanteros duros.
- Interior de los muslos
A menudo, los muslos se pasan por alto cuando se trata de masajes eróticos porque no parece que haya mucha sensibilidad ahí abajo. Pero los dulces y cremosos muslos son en realidad muy sensibles cuando se toca, se lame y se acaricia. Además del hecho de que hay muchas terminaciones nerviosas, la proximidad de los muslos a los genitales hará que tu pareja se estremezca de excitación. Amásalos suavemente mientras avanzas hacia el centro del escenario: los genitales.
- La vulva
A todo el mundo le encanta que le acaricien la zona íntima. En el caso de las mujeres, puedes empezar despacio acariciando sus labios con los dedos. Después, puedes pasar a frotar su clítoris hasta que se retuerza y se excite. En el caso de los hombres, masajea con mucho cuidado las joyas de la familia, que suelen descuidarse, y el perineo. ¡El truco es ir despacio! Si vas directamente al oro, perderás la capacidad de generar excitación lentamente en un punto tan sensible.
Como puedes ver, cuando se trata de zonas erógenas sexys, ¡las opciones son prácticamente infinitas! Mantén la mente abierta y sé creativo y puede que encuentres tu propia zona erógena.
¡Besos!
Victoria Moreti